Originario de la ciudad alemana de Rottweil, de la cual toma su nombre, fue en un principio guardián del ganado, siendo el perro preferido de los carniceros. A fines del 1800 la raza casi había desaparecido, pero fue reconstruida con una selección muy estricta. Desde los comienzos de nuestro siglo se ha difundido por toda Europa y América, logrando cada día mayor aceptación como un óptimo perro de defensa.
Es un temible perro de defensa: de tamaño no muy grande, posee una notable fuerza. En la defensa de su amo y de su casa manifiesta una determinación que a veces llega a la ferocidad. En términos generales es un perro no muy elegante que por su aspecto infunde temor y respeto.
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